Si las universidades son sin fines de lucro (por ley), pero para algunos la educación es bien de consumo, entonces ellos, ¿cómo pueden retirar lo que estiman que es utilidad generada por ese bien de consumo, en esa transacción de mercado entre privados, si la universidad es sin fin de lucro?
Ese "estiman" es determinante, porque si es muy fuerte (ideología), es un incentivo a pasar por sobre la ley. Entonces deriva en una relación de poder o, mejor dicho, siempre fue una relación de poder que solo cambia de grado.
Una forma ya probada para retirar "utilidades" es con el negocio inmobiliario de los terrenos donde se instalan las universidades. Otra puede ser pagando sobresueldos o “sueldos” a personeros de confianza que "trabajan" en la organización. Con alguna retribución por el "favor".
Esa retribución por el "favor" puede ser política. No sería raro, ya que muchos de ellos indican que "la política es filosofía aplicada", por lo tanto se debe jugar en esas instituciones o think tank. Entonces los "personeros de confianza" que hacen el favor, son los políticos.
Ahora, los "sostenedores" de esas organizaciones (para ellos conocidos como inversionistas), como legítimos dueños del capital de esas universidades privadas (sin fines de lucro), que "estiman" legítima la utilidad sobre ese bien de consumo, son parte del mismo grupo social (de ahí la confianza) que aquellos que hacen el "favor". Ergo, los dueños de ese capital, en cuanto élite económica, al traspasar su esfera de poder al campo de la política, demuestran su intención de perpetuación en el tiempo: devienen entonces en Clase Dominate.
Ahora, la sociedad chilena, en su tránsito de un orden hacendal a uno neoliberal, pone su esfuerzo y esperanza, para lograr movilidad social, en la educación. Así mismo esta es vista como el legítimo vehículo para mejorar su posición en el espacio social. Es la expresión del mérito.
Pero si la educación es un bien de consumo, que se tranza en el mercado, donde juegan consumidores (no ciudadanos) e inversionistas (con mucha conciencia de poder), ese bien se vuelve oneroso. Y así mismo ese bien es símbolo de esperanza para muchos.
Y para peor, si ese "mercado" es el espacio de concentración de poder de los que ya tienen bastante, la desilusión de los que tienen esperanza se vuelve mayúscula pudiendo devenir en 1) ostracismo (ideal para los que tienen poder, reforzado con el discurso anti político y anti estatal), 2) revuelta (que ya se vivió) o 3) nihilismo.
Ese nihilismo existencial desarraigador finalmente es responsabilidad de la Clase Dominante y su visión de que "la política es filosofía aplicada". Es decir, SU filosofía, SU visión de mundo que hace universal a los dominados, para que la defiendan como sus propias necesidades sociales.