Deconstrucción como acontecimiento tiene lugar en la differance, que es una simulación de la "diferencia ontológica", por cuánto expresa un desfase del ser OTRO. El movimiento deconstructivo, en cuanto emerger del desfase, es pura imposibilidad del ser como presencia (metafísica). Entonces el término del movimiento deconstructivo no es el ente (presencia, lo presente), si no que algo que queda desfasado. Eso que llega a la presencia es lo presente, pero en cuanto el llegar del porvenir, es lo nuevo. Quien fuerza a que todo sea presente (ente) es la técnica. Sin embargo la técnica busca hacer todo presencia, pero se le escapa lo que no comparece del ente, la ausencia. En ese forzar emerge la deconstrucción como estrategia para hacer emerger aquello que está justo antes de lo presente. Lo nuevo.
Lo nuevo es lo que emerge en el desfase. Lo nuevo es lo que emerge estratégicamente (deconstrucitvamente) para hacer comparecer la ausencia del ente. Es decir, la cosa. Entonces lo que busca deconstrucción es hacer disponible "lo nuevo". No lo presente, que es lo que busca la técnica. Por lo tanto quien busca "lo nuevo" no es la técnica, es algo no técnico, es la esencia de la técnica. "Lo nuevo" es lo consumidor, lo novedoso. Consumir viene de "consumere", que refiere a tomar desde abajo hacia arriba totalmente, agotando, un asunto (cosa). Es decir, "lo nuevo", que ya no es el ente como presencia, sino que la cosa como "lo nuevo", en cuanto mero estar fuera de su lugar, es el objeto del consumo de la esencia de la técnica, es decir, la cosa, como Seyn. Deconstrucción busca sacar de "su lugar" a la cosa y dejarla disponible. La esencia de la técnica busca ya no disponer lo ente, pura presencia, como la totalización de la verdad del ente, sino que busca consumir lo expuesto por la estrategia deconstructiva, es decir, la cosa, Seyn.
La estrategia entonces supera a la técnica, porque va como simulación a forzar la aparición de aquello que se le escapa a la técnica, la ausencia del ente, es decir fuerza desde el desfase (differance) a aparecer las estructuras del acontecer, para consumirlo por la esencia de la técnica. La esencia de la técnica, en cuanto totalización para consumo infinito, es el "más allá" de la esencia de la metafísica, en cuanto totalización de la verdad del ser del ente. Ergo la esencia de la técnica es la totalización de la inversión de la metafísica realizada por Nietzsche, ya no producción sistematizada sino que el eterno retorno del consumir infinito, pero la autodestrucción de la historia, en cuanto que, ya consumido todo, solo puede consumirse así misma, luego de consumir "la casa del Seyn" y al "pastor del Seyn". Es entonces "el otro comienzo" (OTRO comienzo desfasado de la metafísica). Por eso existe un peligro en ir al origen para comenzar un "nuevo" (lo nuevo) comienzo del primer comienzo (la metafísica occidental) porque la esencia de la técnica lo buscará para consumirlo.
El hombre, como habitar poético (pastor del Seyn) no tiene nada que ver con la estrategia. Ella lo dispone. Por lo tanto el movimiento de la esencia de la técnica no es nada humano, y no es (Seyn), en cuanto pura nada del ente. Que no es ausencia, es puro consumo. Es decir, la esencia de la técnica es el enemigo del hombre y es el enemigo del Seyn (en cuanto co-pertenecer del Seyn y el hombre en el lugar de la existencia), ergo su mayor peligro.
La Fronda Aristocrática, como pura metafísica, es deconstruida por la Fronda Plutocrática, hasta llevarlas a su fragmentación. Sin embargo, y esto no se debe olvidar, la aristocrática es condición de posibilidad de la deconstrucción. es decir, de la esencia de la técnica y su gran peligro.